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24/07/2020

Facundo, un compromiso con el otro

Conocé la historia de Facundo. Contrajo COVID 19 y decidió donar plasma.

La historia de Facundo es la de un hombre común que la vida le dio una enorme responsabilidad. Nació hace 27 años en Catamarca, estudia la carrera de Administración de Empresas en la Universidad del Salvador (USAL) y hace nueve años se desempeña como empleado de informática de la Fuerza Aérea Argentina. También trabaja como fotógrafo freelance y una de sus pasiones es el rally. Ahí encontramos una parte de su vida, pero nos falta un hecho importante: Facundo contrajo COVID-19 tras un viaje a Europa. Luego de recuperarse, los médicos detectaron que posee una cantidad de anticuerpos neutralizantes cuatro veces superior a otros donantes. Su plasma podría ser trascendental para generar un tratamiento contra la enfermedad.

Pero empecemos desde el principio. Febrero 2020. El destino fue Europa y la causa poder recorrer las distintas competiciones de rally que se dieron en el viejo continente. Su amor por la fotografía y este deporte fueron el cóctel ideal para conocer nuevos destinos, en un periplo que empezó en Suecia y siguió por Finlandia, Noruega, Bélgica, Holanda, Inglaterra y que terminó en España.

Facundo no lo puede asegurar, claro está, pero él entiende que el contagio se dio en el viaje de vuelta a Buenos Aires. “Estoy convencido de que fue en ese momento, había un montón de gente tosiendo, todavía en marzo no estaban presentes los cuidados que hay ahora, creo que el contagio fue ahí. El tiempo que pasé en Europa en distintas casas de amigos, ninguno de ellos se enfermó”, nos indica como encontrando argumentos a su teoría sobre que el contagio se dio en este vuelo que tuvo dos partes, de Madrid a Londres y desde allí a Argentina.

Tras su llegada el 10 de marzo, los síntomas aparecieron cuatro días después. Levantó temperatura y sintió mucho dolor de cabeza. Se comunicó con el 148 pero en marzo hacía falta tener otros síntomas para ser sospechoso de COVID como: dificultad para respirar o tos, algo que Facundo no tenía. Continuó con fiebre y lo decidió: “El 17 de marzo me fui directamente al Hospital Militar Central, ya fui preparado con mi bolsito. En el primer hisopado para gripe dio negativo y ahí me llevaron al séptimo piso donde quedé aislado. Al otro día, en el segundo hisopado se llevaron las muestras al Malbrán y ahí me confirmaron que era positivo de COVID-19". Al consultarle las sensaciones que le generó enterarse de su contagio, Facundo nos enumeró que la angustia estuvo presente pero que sobre todo lo que más le preocupaba eran que sus padres Raúl y Patricia también estuvieran contagiados.

La religión es una parte importante de la vida de Facundo. El 28 de marzo, en sus últimos días internado en el Hospital Militar, miró en el televisor el rezo en solitario del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, un símbolo en estos tiempos de pandemia. “Mirar eso me emocionó, me llegó a las fibras íntimas y sobre todo me dio fuerzas para enfrentar lo que se venía”, lo cuenta aún con la voz débil. Facundo también tiene palabras de agradecimiento a la Fuerza Aérea. “Avisé que tras mi viaje a Europa iba a respetar la cuarentena y el apoyo de ellos fue constante, me llamaban dos o tres veces por día para saber cómo estaba, cómo me sentía”.

El Dr. Miguel Buezas es médico de internación clínica médica del Hospital Militar Central, especializándose en Hemoterapia e Inmunohematología en el equipo del Dr. Federico Dimase. Es un actor clave en todo esto porque fue él quien siguió la evolución de Facundo desde el principio hasta que le dieron el alta el 31 de marzo. Fue el primer caso de COVID-19 que tuvimos en el hospital, lo pude seguir desde que comenzó hasta que se fue de alta. En un momento le comenté lo del plasma, los usos que le íbamos a dar, que era voluntario y él me contestó muy amablemente que si él podía ayudar a los demás como nosotros lo habíamos ayudado, iba a acceder con total entrega. Y así fue”.

Al consultarlo sobre la situación excepcional de Facundo, donde en algunos medios de comunicación lo tildaron de “superdonante”, Buezas aclara que “no todos los pacientes con COVID-19 crean los anticuerpos medibles para extraer plasma. En el caso de Facu, su cantidad es abismal y lo valioso es que logró mantener los anticuerpos durante un tiempo muy extenso. Pero aclaro algo, además de esto, lo que lo convierte a Facundo en un superhéroe es la humildad y la disposición de ayudar a los demás”. El Dr. Buezas también hace un llamado a los pacientes recuperados: En este momento el tratamiento con plasma es la herramienta más efectiva contra el virus, por eso lo más importante es que se acerquen a donar”.

Se suma Analía Frías, técnica en hemoterapia en el Hospital Militar Central, lugar en que se desempeña hace tres años. Ella fue el nexo para que Facundo empezara a donar plasma. “Cuando lo contacté por esto lo noté algo asustado, pero después comprendió que era algo muy bueno”. Sus palabras están plagadas de agradecimiento hacia él. “Es lo más, es un amor, lo conocí el último día de su internación y después tuvimos el contacto con las distintas donaciones de plasma. Es alguien sumamente solidario hacia los demás”. Y nos cuenta también una intimidad: “el último día de internación Facu solo quería volver paracomer los ñoquis de su mamá”, nos dice riendo. Acerca del trabajo que vienen realizando en el Hospital Militar Central, Analía indica sobre el compromiso colectivo de todos los trabajadores, partiendo de la base de que el trabajo en los distintos protocolos fue arduo ya que poco y nada se sabía sobre esta nueva enfermedad.

El proceso de donación de plasma se llama aféresis y lo que permite es distinguir el plasma de la sangre y devolver tanto los glóbulos blancos, rojos y plaquetas al torrente sanguíneo. Facundo ya realizó tres donaciones en el Hospital Militar Central. Y va por más. Sobre los distintos mitos que rodean a la donación de plasma, en donde muchos prejuicios se enfocan sobre el dolor, nuestro protagonista desestima miedos e invita a otros para poder sumarse: “Es un tratamiento seguro y sin dolor que dura entre una hora, una hora y media, lo único que puede generar algo de malestar es el pinchazo inicial pero nada más. En las donaciones nunca me sentí mal. Lo importante es saber que uno puede salvar vidas a otros en esta pandemia”.

La charla con Facundo transita en sus sensaciones, en palabras más técnicas que empezó a asimilar en todo este tiempo. Entiende a la solidaridad como un valor clave en su vida que absorbió desde lo familiar y en la educación que recibió, lo cual se manifestó en hechos a partir de distintas accionescon donación de útiles, ropa y otros elementos a escuelas rurales en el Chaco.

La mirada de Facundo es un compendio de emociones. Todavía internaliza todo lo que vivió este año. De una experiencia que lo marcó en este tiempo, de superar el COVID-19 y encontrar dentro suyo la solidaridad de donar plasma para ayudar a otros. Del ejemplo de un hombre común que tuvo un gran compromiso por delante y dijo que sí.

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