Cada 29 de septiembre se conmemora el “Día Mundial del Corazón”, instituida por la organización mundial de la salud y la federación mundial del corazón, con el objetivo de promover la salud cardiovascular, haciendo énfasis en la prevención.
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo. Los infartos de miocardio y los accidentes cerebro vasculares se cobran más de 17 millones de vidas a nivel global.
Una gran parte de estas muertes podrían evitarse con una dieta saludable con reducción de la ingesta de sal, ejercicios físicos y evitando el tabaquismo.
Las principales enfermedades cardiovasculares son: el infarto de miocardio en el que las arterias que irrigan al corazón, llamadas coronarias, se obstruyen y dejan de aportar oxígeno al músculo cardíaco, produciendo una zona de destrucción del tejido que se manifiesta clínicamente por dolor de pecho. la hipertensión arterial en la que se alteran las paredes arteriales aumentando su presión, objetivándose por tener valores de presión altos, tomados con un tensiómetro, constituyendo uno de los fctores de riesgo más importantes para el infarto. Las arritmias, enfermedades que alteran el ritmo cardíaco. Las enfermedades cerebrovasculares, causadas por una hemorragia intracerebral o por la obstrucción de una arteria por un coágulo (trombosis).
¿Qué podemos hacer para reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular? Una dieta sana, evitando el consumo excesivo de sal, de las grasas saturadas, las grasas trans y los alimentos con alto contenido de azúcar. Ejercicio físico moderado, caminar 30 minutos, cinco veces a la semana, controlar periódicamente los niveles de glucemia (azúcar en sangre) y de colesterol. Tratamiento del sobrepeso y la obesidad, control de la presión arterial y evitar el tabaquismo.
En definitiva, es importante mantener un estilo de vida lo más saludable posible y realizar las consultas y chequeos médicos de rutina para detectar precozmente factores de riesgo para su tratamiento.