Calendario de salud

Semana Mundial del Parto Respetado

La tercera semana de mayo de todos los años se conmemora la Semana Mundial del Parto Respetado.

Los partos se comenzaron a realizar en los hospitales, en los comienzos del siglo pasado, para reducir la morbimortalidad materna y neonatal. Las familias y las mujeres en particular perdieron protagonismo ante un hecho tan importante en sus vidas y se adaptaron a las normas de las instituciones. De este modo el parto se transformó en un acto médico, dejando de lado otros aspectos esenciales para las familias. El equipo de salud pasó a ser el eje de las decisiones y comenzó a usar en la mayoría de los casos, tecnologías y procedimientos que se deben utilizar en embarazos de riesgo, alejando a las madres del parto natural.

La Organización Mundial de la Salud, organizó en la ciudad brasileña de Fortaleza, una reunión y de ese encuentro surgió una declaración: “el nacimiento no es una enfermedad” que inició un proceso de transformación en el modelo de atención, sumado a un marco legal internacional y local que procura rescatar el papel activo que debiera tener la mujer en el cuidado del embarazo y del/la recién nacido/a.

La Ley Nacional 25.929 de Parto Respetado, fue sancionada el 26 de agosto de 2004, establece la implementación de una campaña destinada a concientizar a la sociedad sobre la importancia del acompañamiento de la mujer en el parto por una persona de su elección y de los beneficios que significa para la salud del binomio madre – hijo.

El término parto respetado o parto humanizado, hace referencia al respeto de los derechos de las madres, niños, niñas y familias, en el momento del nacimiento. Promueve el respeto a las particularidades de cada familia (etnia, religión, nacionalidad) acompañándola a través de la toma de decisiones seguras e informadas.

La ley nacional establece el derecho de las mujeres a ser informadas sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar de manera que puedan optar libremente cuando existieren distintas alternativas. Ser tratadas con respeto, de modo individual y personalizado, que garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales. Priorizar siempre que sea factible, el parto natural, respetando sus tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer. Establece la internación conjunta del/la recién nacido/a con su madre y que la misma sea lo más breve posible, teniendo en consideración el estado de salud de ambos.

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