Día Nacional de la Seguridad Vial
El 10 de junio es el Día Nacional de la Seguridad vial en conmemoración de la entrada en vigencia del Decreto del año 1945 que dispuso el cambio de mano para la circulación de vehículos en Argentina. En aquel entonces cambiar la mano significó invertir el sentido de la circulación para que el tránsito se adaptara a los nuevos vehículos que en su mayoría se importaban de estados unidos y tenían el volante a la izquierda.
Hoy como ayer, Argentina necesita un profundo cambio en sus usos y costumbres viales. Un cambio para entender que lo importante es llegar seguro y no rápido. Para recordar la importancia de usar siempre el cinturón de seguridad. Para comprender que el alcohol puede producir alegría en una fiesta pero que arriba de un vehículo puede producir una tragedia. Para saber que nunca hay que subirse a una moto sin el casco bien abrochado. Para saber que el peatón siempre tiene prioridad, aunque cruce mal. Para facilitar que cada vez más mujeres saquen licencia de conducir a pesar de la mirada despectiva de los hombres. Para que la educación vial esté en las escuelas y nos enseñe a vivir en paz en la vía pública. Para que la violencia vial no se naturalice, se censure y reproche y para que el respeto por las normas sea asumido como el único camino posible para disfrutar el espacio público de manera segura. La seguridad vial es un tema de salud pública.
Las consecuencias de cómo nos comportamos en la vía pública son las miles de personas muertas y lesionadas con daño permanente y discapacidad por accidentes de tránsito y siniestros viales. Es la primera causa de muerte entre los 15 y 35 años en nuestro país. El número de muertes anuales es de alrededor de 5.000. El 90% de los incidentes viales en nuestro país y en el mundo son evitables, por eso es tan importante la apuesta permanente a la educación vial.
El Estado debe tomar un rol fundamental, rector y garante para que se definan normativas y se lleven a cabo. Esa tarea se plasmó en abril de 2008 cuando se sancionó la ley 26.363 de tránsito y seguridad vial, que entre otras cosas creó la agencia nacional de seguridad vial, organismo descentralizado, dependiente del Ministerio del Interior con autarquía económica financiera, personería jurídica propia y capacidad de actuación en el ámbito del derecho público y del privado, que tiene como misión la reducción de la tasa de siniestralidad en el territorio nacional mediante la promoción, coordinación, control y seguimiento de las políticas de control vial nacionales e internacionales.
Así como el estado es el encargado de diseñar un sistema de tránsito seguro y eficiente, de garantizar las condiciones mínimas de movilidad y de ejercer el control y la sanción en los casos de incumplimiento de la normativa que regula diche circulación, es también responsabilidad del estado, promover e impulsar una nueva cultura vial a partir del sistema educativo que mejore la calidad de vida de los ciudadanos.